Qué todos sea uno fue una de las recomendaciones de nuestro
Señor y siguiéndola les invito a compartir sus experiencias en el camino de su
conversión. La fe entra por el oído, por
la atenta escucha de la Palabra y ella usualmente viene del hermano que anda en
los mismos caminos. Hablemos de cómo
Dios ha cambiado nuestras vidas, de los intentos muchos o pocos que he hecho
para estar más cerca de Él, de cómo yo pude o estoy intentando regresar a la
Casa del Padre.
Háblame de tus enojos, de tus decepciones, de aquello
que necesitas para creer, pues juntos la vida es más llevadera. Quiero escuchar, aprender a estar para el
otro, crecer junto al otro; eso es hacer Comunidad.

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