Mientras buscaba ayuda a mis preocupaciones y angustias me percate de lo difícil que es encontrar a alguien que simplemente te quiera escuchar. Eso era exactamente lo que más anhelaba y necesitaba, una persona que estuviera dispuesta a escuchar. Yo tuve la dicha de encontrar esas personas en un grupo de apoyo en línea y aprendí lo grande que es ofrecerte a oír con sencilles y humildad el dolor, las tristezas y las decepciones de los demás seres humanos. Es más, ésta es la única manera de salir del propio dolor. Será un placer poder escucharte si me das tu confianza. Compartir el dolor, por alguna razón desconocida y maravillosa, lo alivia.
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